jueves, 9 de septiembre de 2010

EL TIRO DECISIVO

Durante el presente campeonato mundial en Turquía muchos jugadores han sufrido o disfrutado de la oportunidad de dar la victoria a su equipo con un lanzamiento a canasta. Algunos han aceptado el desafío, otros han eludido la responsabilidad. Unos pocos se convierten en héroes ante sus aficionados, otros se incorporan a las listas de fracasados.
¿Qué distingue a los jugadores que acostumbran a jugarse un tiro decisivo?
En primer lugar, su liderazgo dentro del grupo. Es el grupo (entrenador y compañeros de equipo) el que escoge a los hombres más adecuados para las situaciones críticas de un partido, aquellos en los que confía por su capacidad profesional, puesta a prueba y demostrada en otras tantas situaciones difíciles. Un entrenador sabio procurará escoger siempre al jugador que tiene el respaldo de sus compañeros, evitando apuestas arriesgadas. Un jugador prudente, evitará tomar la responsabilidad si no es con el respaldo de sus compañeros.
En segundo lugar, una actitud mental orientada hacia el éxito, eso significa que valora la responsabilidad de lanzar como una oportunidad, no como una amenaza; es decir, disfruta con el reto en lugar de sufrir la ansiedad por el resultado del mismo; por último, tiene el coraje y la entereza moral para aceptar la derrota, y las consecuencias negativas de un posible fallo.
¿Qué consejo dar desde la psicología del deporte para incrementar las posibilidades de acertar semejante tipo de lanzamiento?
En los momentos previos al partido, tener una actitud positiva, es decir disfrutar, reconocer que a lo largo de su carrera profesional se ha estado preparando para el desafío que representa la competición deportiva, y estar dispuesto a aceptar el fracaso. LLegado el momento del lanzamiento, centrar la atención en el juego, en aquello que le va a situar en mejor disposición para acertar su lanzamiento, en lugar de divagar sobre lo que pasará si acierta o falla.
¿Qué determina el éxito o el fracaso de un deportista?
El verdadero deportista triunfa cuando se esfuerza al máximo durante su preparación, cuando durante el partido intenta hacer todo lo que está en su mano por alcanzar la victoria. Esta forma de entender el éxito ayuda a afrontar la ansiedad inherente a toda competición.
El deportista que se valora sólo en función del resultado, es decir, de si gana o si pierde, se sentirá frustrados y fracasado a menudo, a la larga la insatisfacción acabará por disminuir su rendimiento deportivo.
Ahora imagina por un momento que estás en la pista, el entrenador diseña una jugada para que puedas dar la victoria a tu equipo, tus compañeros te dan palmadas en la espalda, ¿qué piensas? por tanto, ¿qué sientes? Finalmente ¿vas a encestar?

martes, 7 de septiembre de 2010

EL TIEMPO EN SUS MANOS

En el quinto partido de la Final de Conferencia de 1987, con la eliminatoria empatada a dos partidos, y el partido próximo a finalizar, los Pistons aventajaban a los Celtics por un punto y tenían la posesión del balón. Cuando Isaiah Thomas efectuó el saque de banda, antes de que el pase llegara a su destino, Larry Bird interceptó el balón, pasándolo inmediatamente a Denis Johnson para que éste bajo el aro anotase la canasta de la victoria.
Cuando Larry Bird desgranó en su libro "El camino del éxito" las claves de su carrera baloncestística explicó cómo, en ocasiones, cuando alcanzaba una concentración máxima en la cancha de juego, tenía la sensación de que todo transcurría a cámara lenta. Esta sensación, es la misma que describen los grandes maestros de artes marciales, así como otros muchos deportistas de primerísimo nivel, al referirse al estado mental que experimentan en los momentos de máximo rendimiento y acierto.
Sin duda el lector se preguntará cómo se puede alcanzar semejante estado mental, que permite trascender los propios límites del individuo. La respuesta es compleja, y sin duda constituye uno de los puntos de interés de la Psicología del Deporte. Si intentásemos resumir la cuestión en pocas palabras, se podría hablar de aspectos como la motivación, la visualización, o las técnicas de control mental; sin embargo, si retomamos el ejemplo de Larry Bird y su brillante carrera profesional habría que recordar que no existe noticia - o este autor no ha llegado a saberlo -- de que el genial jugador de los Celtics requiriese jamás los servicios de un psicólogo deportivo, o de que utilizase alguna técnica de relajación. No obstante, su acierto en los momentos de máxima tensión, era proverbial.
Si buscásemos la respuesta en su vida personal, podríamos aventurar que las adversas circunstancias familiares en las que creció endurecieron su carácter. Tal vez fuese así, pero el factor más determinante creo que fue su amor al basket y la intensidad con la que practicó el juego a lo largo de toda su vida deportiva. Sencillamente, Bird practicaba, practicaba y practicaba de sol a sol, día tras día.
Desde la Psicología del Deporte habría que realizar un ejercicio de humildad y recordar que sólo la práctica hace maestros, y que ninguna técnica, ni truco, o receta psicológica pueden sustituir al trabajo honesto del día a día. La Psicología del Deporte puede ser de gran ayuda para todos aquellos jugadores de baloncesto que quieran mejorar su rendimiento - espero tener ocasión de demostrarlo en este blog - pero es preciso recordar que sólo cuando se entrena con ilusión y perseverancia se puede alcanzar el éxito. Sólo cuando se alcanza cierta maestría deportiva, la mente es capaz de desempeñarse también de modo magistral. Así debió ser aquel día en Detroit: mientras sus adversarios observaban lo que ocurría en la cancha a una velocidad "normal", Larry Bird, gracias a su maestría, lo hacía en "cámara lenta", como si su mente operase a una velocidad tan rápida que pudiese anticiparse a lo que estaba pasando, como si tuviera EL TIEMPO EN SUS MANOS